¿De qué están hechas las nubes?


 Una noche, mientras me iba a dormir, mamá entró a darme las buenas noches. Yo ya sabía que vendría con una historia llena de magia, fantasía y color. ¡Y esa noche fue especialísima! Me contó un cuento sobre ovejas… ¡y nubes! ¿Ovejas y nubes? ¡Sí, señor! Aquí va la historia:


  Hace muchísimo, muchísimo tiempo, cuando los hombres aún vivían en cuevas, el cielo estaba siempre despejado. Azul, azul, como el mar más bonito. El sol brillaba sin parar, sin una sola sombra. ¡Qué calor! Los días eran tan ardientes que las hadas del viento tenían que soplar y soplar para enviar aunque fuera una brisita fresca a los humanos y a los animales.

  Por las noches, las hadas se asomaban desde el cielo y veían algo precioso: los humanos, agotados por el calor, contaban ovejitas para dormirse. Una… dos… tres… ¡Y mientras más alto saltaban las ovejas imaginarias, más dulces eran sus sueños!

Porque los sueños los fabricaban las hadas de los sueños (que también vivían en el cielo) y los lanzaban en rayitos de luz. Las ovejitas los atrapaban con su lana y los repartían suavecito en las cabezas de los que dormían.

Pero los días seguían siendo muy duros.

Buscar comida bajo ese sol eraagotador y los humanos se cansaban cada vez más. Las hadas se preocuparon tanto que convocaron un gran Concejo de emergencia.

  Todas dieron ideas:

—¡Hagamos un muro de flores gigantes! —dijo el hada de las flores.


—¡Traigamos algas del fondo del mar para tapar el sol! —propusieron las hadas del agua.

  Una tras otra, las ideas eran descartadas: no podían tapar el sol del todo porque  las plantas, los animales y los humanos lo necesitaban para vivir.


 

Cuando ya casi no quedaban ideas y las hadas estaban tristes, se oyó una vocecita muy pequeña pero muy segura:

—No podemos esconder al sol, porque da vida… ¡pero sí podemos filtrarlo un poquito! —dijo Nubita, el hadita de los mamíferos, que aunque era chiquitica era la más observadora de todas—. Si las hadas del viento soplan fuerte hacia los campos donde descansan las ovejas, ellas soltarán lana. Las hadas de la tierra y de las plantas la recogerán, harán bolitas suaves y las pondremos en el cielo. ¡Así el sol brillará lo justo!


  Y así lo hicieron.

  Las hadas del viento soplaron ¡fuuuuuuu! Las ovejas soltaron su lanita blanca.

  Las hadas de la tierra y las plantas amasaron pequeños copos muy suaves y los subieron al cielo.

¡Y nacieron las nubes!

 En honor a la ingeniosa Nubita, las llamaron “nubes” (porque su nombre empieza con “nub”). Y desde ese día, Nubita es la jefa del “Departamento de Creación y Mantenimiento de Nubes”.

  Por eso, cuando veas el cielo gris y llueve, no tengas miedo: es que Nubita mandó a lavar las nubes para que queden bien blancas otra vez.


  Y cuando el cielo está muy azul… ¡es porque se acabó la lana y las hadas salieron corriendo a buscar más ovejas generosas!


Colorín colorado, este cuento se ha terminado… 

¡y si no levantas el dedito como ovejita, dormidito te has quedado!


Comentarios

  1. Un cuento precioso, lleno de imaginación 🤗 Me ha encantado! Un besazo 😘

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    1. Un millón de gracias por tu comentario, estoy convencida de que si llenamos la mente de los niños de amor y letra, salvaremos al mundo. Abrazos Pilar!

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