Una noche mientras me iba a dormir, mamá entró a darme las buenas noches, como siempre, sabía que vendría a contarme una historia de magia, fantasía y color. Esa noche fue muy especial, pues la historia se trataba acerca de ovejas y nubes, ¡sí señor! ... ¿Qué tenían que ver una cosa con la otra?, pues he aquí la historia:
Hace ya mucho, pero mucho tiempo, cuando los hombres vivían
aún en las cavernas, el cielo estaba siempre despejado, siempre azul, como el
agua del mar. Como todo estaba tan despejado, el sol alumbraba a todo su
esplendor, siempre había mucha luz y nada de sombra, los días eran muy
calurosos y las hadas del viento tenían que trabajar muy fuerte para poder
mantener la brisa fresca para los humanos y los animales bajo aquel sol
inclemente.

Y aunque el sueño de los humanos era reparador, sus días
eran agotadores, pues moverse de un lado a otro en busca de alimentos, con
semejante sol, representaba un esfuerzo que cada día los agotaba más, entonces la fuerza
de los humanos comenzaba a agotarse. Tal situación provocó un llamado urgente
del Concejo de las Hadas, donde los representantes de todos los departamentos
asistían a dar sus ideas para solucionar problemas realmente serios.
Todas las hadas, grandes y pequeñas, sin importar lo sencillo
o complejo de su tarea, daban sus ideas:
-
¿Y que tal si hacemos un muro de flores para que
no pase el sol? - decía el hada de las flores
- ¿Podríamos tapar el sol con las algas del fondo
del mar?, sugerían las hadas de las aguas
Y así fueron escuchando sugerencias y descartándolas todas y
cada una de ellas, porque traerían problemas más serios que el que intentaban
solucionar, pues no podían tapar el sol completamente, pues era necesario para
la vida de los humanos, los animales y las plantas. Cuando la desesperación se
apoderaba del corazón de las hadas y las ideas comenzaban a escasear, escucharon
una pequeña voz:
-
No podemos ocultar al sol, porque da vida a
todos los seres vivos, pero quizás podremos filtrarlo solo un poco, para que
pase solo la cantidad de luz necesaria- dijo sabiamente Nubita, el hada de los
mamíferos- y creo que, si unimos esfuerzos entre varios departamentos de hadas,
tendremos la solución.
Y así fue, Nubita que, aunque era pequeñita destacaba por
ser muy observadora, ideó un plan perfecto para aquel
gran problema. Se le ocurrió que sí las hadas del viento soplaban muy fuerte hacia los campos donde descansaban las ovejas en el día, éstas soltarían poco a poco su lana, así las hadas de la tierra la recogerían junto con las hadas de las plantas y entre todos haría pequeños bultos de lana, que luego colocarían en el cielo…y así como lo imaginas se creó la solución para que los rayos del sol alimentaran a la tierra solo en la medida justa, ni mucho ni poco. Y en honor a la ingeniosa Nubita, a los pequeños bultos de suave y blanca lana se les llamó “Nubes” y por supuesto fue Nubita la jefa designada de ese nuevo departamento, llamado “Departamento de Creación y Mantenimiento de Nubes”, hasta el día de hoy conserva ese nombre.
gran problema. Se le ocurrió que sí las hadas del viento soplaban muy fuerte hacia los campos donde descansaban las ovejas en el día, éstas soltarían poco a poco su lana, así las hadas de la tierra la recogerían junto con las hadas de las plantas y entre todos haría pequeños bultos de lana, que luego colocarían en el cielo…y así como lo imaginas se creó la solución para que los rayos del sol alimentaran a la tierra solo en la medida justa, ni mucho ni poco. Y en honor a la ingeniosa Nubita, a los pequeños bultos de suave y blanca lana se les llamó “Nubes” y por supuesto fue Nubita la jefa designada de ese nuevo departamento, llamado “Departamento de Creación y Mantenimiento de Nubes”, hasta el día de hoy conserva ese nombre.
Cuando mires al cielo y veas nubes oscuras y muy grises, no
temas, seguro Nubita habrá dado instrucciones de lavar las nubes con la fresca
lluvia, para dejarlas blancas de
nuevo; y cuando veas el cielo muy azul, pues es que se ha acabado lana y las hadas habrán salido en busca de más para seguir refrescando la vida de todos los habitantes del planeta.
nuevo; y cuando veas el cielo muy azul, pues es que se ha acabado lana y las hadas habrán salido en busca de más para seguir refrescando la vida de todos los habitantes del planeta.
¡Y colorín colorado este cuento se ha terminado y si no
levantas el dedito como ovejita habrás quedado!