Al principio de los tiempos los cocodrilos del mundo eran de color Naranja,
su llamativo color se debía a que en ese entonces se alimentaban de frutos como
la lechoza, moras, guayabas, mangos y de cuando en cuando algunos tomates, y
así eran reptiles de ese hermoso color Naranja.
Un día cuando Teo Teo caminaba entre la llanura venezolana
encontró un ancho y caudaloso río Azul como
el cielo, y al observarlo con calma pudo distinguir a unas criaturitas
plateadas que salían a saltitos y volvían a entrar al agua, brillando a la luz
intensa del Amarillo Sol; Plof! Plof! sonaban esos animalitos acuáticos, fue así
como Teo Teo descubrió a los peces. Luego de observarlos, su instinto le hizo
preguntarse:
- Uhm….¿A qué sabrán esos animalitos?
Y así, decidió sumergirse en el río. Cuando se dispuso a
cazar a los peces, se percató de que cada vez que se acercaba a los peces,
estos salían nadando en dirección contraria, alertados siempre por el vistoso
color Naranja de Teo Teo.
Ya frustrado, pensó
en una estrategia: “Me esconderé entre las plantas acuáticas para que no me
vean y así, cuando estén desprevenidos, ¡Ñum!, me los como”. Y así fue, cuando
Teo Teo se escondió entre la maleza y cuando los peces se acercaron, ¡Zas!, probó ese
delicioso bocado.
Y así fue como con el pasar del tiempo, por permanecer entre
el monte y la maleza, Teo Teo se transformó en un cocodrilo de color Verde, y así fue como a
partir de su descendencia todos los cocodrilos del mundo son de ese color, así
que cuando veas un cocodrilo Verde,
recuerda que seguramente es descendiente de nuestro amigo Teo Teo.
Y colorín colorado este cuento se ha terminado, y el que no
levante el dedito…se queda Anaranjado…
Autora: Suyín Isturiz
Autora: Suyín Isturiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario