domingo, 23 de junio de 2019

Por qué los perros se colocan panza arriba


    Al principio de los tiempos, cuando los hombres aún vivían en cavernas, el mundo era un lugar salvaje y el cocodrilo TeoTeo andaba por estos mundos, un animal curioso siempre los vigilaba de lejos, los humanos los llamaban perros. Era un animal curioso, siempre atento a
los movimientos de los humanos; los perros observaban las raras costumbres de esta especie que se paraba en dos patas, como esa costumbre de bañarse con frecuencia, ¡cosa que un perro jamás haría voluntariamente!, su temor a la oscuridad y esa extraña forma de comer con las patas delanteras, - ¡Vaya cosa extraña!, pensaban los perros, - si era mejor tomar la comida directo con la boca y así se ahorraban tiempo y evitaban la competencia de otros animales.

   Durante mucho tiempo se contemplaron muy cuidadosamente y fueron conociendo de a poco sus costumbres. Hasta que llegó el día: un niño llamado Munay estaba en río, cuando de pronto vio una gigantesca serpiente que lo observaba desde una roca; Munay estaba paralizado del terror, y como los perros desde tiempos inmemoriales pueden leer la energía de los humanos, por tanto y tanto observarlos, supo que algo andaba mal. Así que cauteloso se acercó a Munay y con su colita muy quieta se detuvo entre la serpiente y el niño, mientras el pequeño corría hacia la aldea.

   Cuando Munay llegó a la aldea, agotado de tanto correr, explicó a sus padres lo sucedido, y estos corrieron al río para saber la suerte del valiente animal, lo hallaron lastimado, con su colita casi inmóvil y su pancita hacia arriba, pero aún con vida. En gratitud, los humanos llevaron al perro a la aldea y cuidaron de él por días, y cuando estuvo mejor este se despidió moviendo alegremente su cola.

   Este fue el principio de la unión entre hombres y perros, pues a través del tiempo la confianza entre ambos fue creciendo y así los humanos comprendieron que cuando los caninos agitan la cola es para esparcir alegría y confianza y que cuando la dejan muy quieta es porque algo anda mal. En cambio, los perros aprendieron que el hombre era un animal muy distinto a él, que podían expresar gratitud y que cada vez que un humano quería acariciar a un canino, si se echaban con sus patitas hacia arriba, honraban ese primer acercamiento entre humanos y canes que perdura hasta el día de hoy.

   Así que, si tu perrito al acariciarlo se lanza pancita arriba, no pienses que es un acto de flojera, ¡no! Es una firma de un pacto eterno de amistad.

   ¡Y colorín colorado este cuento se ha terminado, y si no levantas el dedito significa que a un perrito nunca has amado!

Autora: Suyín Isturiz


Dedicado a un querido amigo que ama a los caninos incansablemente: Miguel Puebla


2 comentarios:

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